1

viernes, 16 de septiembre de 2016

7 CLAVES PARA ARRUINAR NUESTRA RELACION DE PAREJA

(ADVERTENCIA: si hace lo contrario podría correr el riesgo de tener una relación larga y duradera)



Estoy convencido que muchos de nosotros hemos estado en una relación y hemos vivido discusiones y momentos incómodos con nuestra pareja, por eso les comparto 7 claves para que puedan contribuir a "arruinar su relación" ;)

1. Asuma y nunca pregunteEl 90% de los conflictos en la pareja tiene como origen la mala percepción del mensaje recibido. Las personas asumimos lo que la otra persona nos quiere decir, nos hacemos una percepción de lo que creemos que nos quiso decir y en base a eso reaccionamos y tomamos decisiones, muchas veces equivocadas.
“¿Amor puedes ser más considerada?”dice él. “Claro que sí” dice ella. A partir de ese día ella se vuelve más hacendosa en la cocina, en la lavandería y en la casa. Al cabo de un mes él vuelve a decir: “Amor no te dije que fueras más considerada”. ¿Suena familiar?

Y es que la pregunta que debió hacerse ella desde el principio es: ¿Qué es ser considerada para ti amor? Que no hagas bulla. ¿Cuándo? En las mañanas. ¿Dónde? En el cuarto y ¿Cómo? En el momento que sales de la ducha te pones las sandalias y haces ruido en el cuarto. El pedía A y la mujer hizo B.

2. Idealice a su pareja. Tortúrese preguntándose siempre, porque el/ella no es así como yo quiero o espero. Y es que está demostrado que biológicamente, somos diferentes. El hombre por ejemplo posee visión de túnel mientras que la mujer visión panorámica y es por eso que muchas veces el hombre nunca encuentra algo cuando la mujer se lo pide y la mujer siempre “tiene ojos hasta en la espalda”. 
También está comprobado que la mujer habla entre 14 y 16 mil palabras al día mientras que el hombre solo entre 3 y 5 mil. La relación es casi de 3 a 1. El tema viene cuando el hombre normalmente se las gasta fuera de casa en el trabajo y es por eso que no es raro escuchar “¿Amor como te fue en el trabajo? ¿Que tal la pasaste?” Y el hombre solo contesta: “Bien”. Porque somos diferentes. En cambio la mujer no se puede ir a dormir sin gastarse la cuota de palabras del día (¿o no?)

3. Deje que la rutina los envuelva. Haga siempre lo mismo. Nunca varíe. Y menos en la intimidad. Total en la repetición está el gusto dicen. Así de esta manera la vida se tornará en una rutina y cuando menos lo esperen, todos los días serán iguales y aburridos. No salgan a cenar, no pasen tiempos ambos juntos y jamás se les ocurra hacer nada espontáneo.

4. Jamás le exprese cuánto ama a su pareja. Total el/ella ya lo sabe. Así acabará más rápido la relación. Y es que a las personas les gusta escuchar para poder sentir, así sean mil veces la misma frase o la misma afirmación. Pero si desea aburrir a su pareja cada vez que le pregunte lo mismo contéstele “¿Acaso ya no te dije que sí?” y así asegurará el fracaso de su relación.



5. Nunca hable del conflicto y espere a que se resuelva solo. Así puede ir acumulando y acumulando agua en el vaso, y cuando este se derrame, discutirá por todas las cosas que han pasado y será más fácil sacar en cara los temas no solucionados. Esto garantiza el deterioro de la relación.

6. Enfóquese en lo negativo y en sus defectos. No recuerde los detalles lindos por los cuales se sintió atraído a su pareja, ni su sonrisa, ni su ternura ni cómo lo/la hace sentir. En lugar de ello enfóquese en todo lo malo que tiene y hace, en la tapa del baño, en los pelos en el jabón, en la pasta de dientes abierta, en lo desordenada que es, en lo impuntual que es, en lo impulsiva que es. Le garantizamos que esta es la manera más segura para desenamorarse de la persona: enfocarse en lo negativo.

7. Cuando discuta utiliza palabras como SIEMPRE, NUNCA y TODA LA VIDA. Estos absolutos ayudan a reforzar las creencias que SIEMPRE discuten por lo mismo, que NUNCA van a cambiar y que TODA LA VIDA han venido comportándose igual. A medida que más los use, más se volverán real para usted. Por eso si quiere asegurar un distanciamiento, úselos a menudo con confianza.


A veces nos equivocamos pues nadie nos enseña a ser la pareja ideal. Amemos a nuestra pareja y aceptémosla tal y como es. Si vamos a intercambiar opiniones, discutamos pero no peliemos.

(Como consejo adicional, desde hace poco hemos hecho un acuerdo de que antes de cerrar los ojos, nos agradezcamos por los detalles y luego nos pidamos perdón por lo que pudo haber sucedido en el día, así las cosas no se acumulan: Funciona!)


Leer más...

viernes, 9 de septiembre de 2016

LO QUE NO VEMOS DE NOSOTROS MISMOS



Siempre me había jactado de ser una persona buena, de alguien buena gente, de ser el buenito, el que nunca le hace nada malo a nadie. Sí ese era yo. Pasaba por la vida creyendo que debería ser como el resto o que debía complacer a todos. Me empeñé en ser el que a todos los caía bien. Siempre decía y aparentaba decir y hacer cosas pero para quedar bien con los otros y mostrar una imagen, una pose. Lo hice tantas veces y me lo repetí tanto, que terminé creyendo ser alguien que no soy.

Así pasé muchos años de mi vida. No fue si no hasta que me encontré con C. que un día me encaró como nadie lo había hecho. Yo le había dicho que quería mudarme, pero en el fondo solo tenía excusas para no hacerlo, por miedo o por no sé qué. 

Un día C. me preguntó si me iba a mudar y contesté que sí pero que no encontraba cochera y por eso no lo hacía. C. entonces me ayudó a encontrar una cochera cerca del lugar que había elegido para mudarme. Cuando subí al auto me preguntó que si ya con eso podía mudarme y yo contesté que no lo sabía, que estaba evaluando, que puede ser a lo que C. me dijo "Tú me comentaste que si conseguías cochera te mudabas, ahora ya la tienes, ¿hablabas en serio o solo eran palabras? ¿Te vas a mudar o no?"  Me quedé sin palabras, nadie me había "sacado al fresco" como lo hizo C. No tenía argumentos, no tenía excusas. Finalmente por orgullo tuve que mudarme solo.

No sé si era por miedo a mudarme solo, por simplemente decir que vivía solo o porque pensé que finalmente iba a tener mi propio espacio, pero no estaba convencido de lo que sentía cuando dije que quería mudarme. Me comencé a dar cuenta que muchas de las cosas que decía no hacía. Que solo aparentaba una imagen pero en el fondo creía y pensaba otra cosa. No era coherente conmigo mismo. (ver post ¿Estamos viviendo en coherencia?)

Desde ese momento comencé poco a poco a tomar consciencia de las cosas que había dicho y hecho en el pasado. Las personas que había herido con mis comentarios o con mis acciones, personas de las que había hablado mal a sus espaldas, personas con las que había salido pero que no me comprometía (quizá por cobarde) pero que seguro en el fondo las había herido. 

Me di cuenta hace poco que nosotros nos vemos de una manera, pero las personas con las que más interrelacionamos nos ven de otra. Necesitamos a veces que alguien nos haga ver y tomar consciencia de qué estamos haciendo mal pues hay una venda que no nos permite ver más allá. Necesitamos de alguien de fuera que pueda ver nuestro bosque, porque a veces nosotros estamos medios perdidos entre los árboles. 

Si deseas saber quien eres empieza preguntándote: "Si XX estuviera aquí en frente de mí, qué diría de mí, qué me diría sobre mis virtudes, sobre mis defectos, sobre dónde debo mejorar...". Quizá viéndonos a través de los ojos del otro, podamos empezar a vernos de una manera diferente, tomar consciencia en qué estamos equivocados y comenzar a ser mejores cada día.

(Mientras escribía este post vinieron a mi mente personas del pasado y del presente que ahora sé que las lastimé con mis palabras o mis acciones. Si eres una de ellas y estas leyendo este post solo quiero decirte una cosa de corazón: PERDÓN)



Leer más...

viernes, 2 de septiembre de 2016

YO NO FUI, FUE TETÉ



Por conocida y graciosa que suene esta frase, encierra en lo más profundo una de las creencias que limitan seguramente a más de una persona. Desde que somos niños nos enseñan a deslindar responsabilidades, a culpar al resto de nuestros actos.  De hecho culpar y justificarse es el deporte favorito de más de uno.

El otro día vi como un niño se resbaló y se cayó. Cuando la mamá llegó para consolarlo, comenzó a "pisotear" al piso al mismo tiempo que decía “Piso malo”, "Pégale al piso que te golpeó" ¿Les suena familiar? ¿Cuál creen que es el mensaje que está recibiendo ese niño? Sí efectivamente, que la culpa y la responsabilidad siempre la tiene "el otro". ¿Qué creen que va a pasar si esta escena se repite constantemente y ese niño llega a tener 20, 30 o 40 años? (ver también 7 Consejos Para Criar Niños Inseguros y Con Poca Autoestima)

Muchas veces también decimos y escuchamos frases como “se” cayó el vaso, “se” rompió el adorno, “se” acabó el champú, como si los objetos inanimados tuviesen vida y por voluntad propia decidieran caerse, romperse o acabarse. Definitivamente hay un responsable detrás. ¿Quién creen que es?

Y en la vida cotidiana, ni que decir, frases como “no sonó el despertador” “el tráfico estaba pesado” y la que más me gusta “el avión me dejó” (pobrecito lo dejaron solito. Tanto así que en inglés no se dice "the plane left me here, alone". Se dice "I lost my flight: Yo perdí mi vuelo") 

Sin darnos cuenta,vamos por la vida sin tomar consciencia que somos nosotros los responsables de no poner el despertador correctamente, de salir tarde y agarrar tráfico o de perder el vuelo casi en el 99% de las veces.

A menudo estoy seguro que han escuchado a personas soltar frases como “mi marido me enferma”, “mis hijos me dan cólera”, “mi jefe me pone de mal humor”, “la tecnología me estresa”, etc. Sin darnos cuenta que el poder está en nosotros y no en ellos. No son ellos, somos nosotros. El marido no me puede enfermar, mis hijos no me pueden dar cólera, mi jefe no me puede poner de mal humor, la tecnología no me puede estresar si yo no se lo permito. 

A quién le estoy dando el poder sobre mi estado emocional, ¿a ellos? Hasta que no cambie mis creencias y tome consciencia de que nadie me puede enfermar, dar cólera, ponerme de mal humor o estresarme si yo no se le permito, seguiremos viviendo en ese mismo círculo vicioso creyendo que es el otro el que tiene que cambiar y no yo.

¿Pero sabes qué es lo más bonito de todo esto, de saber que el responsable soy yo? Que cuando yo lo decida, yo lo puedo modificar, y yo lo puedo cambiar. Ya no dependo de que el otro cambie. Dejaremos de ser víctimas circunstanciales de la vida, de la mala suerte o del mal karma y finalmente entenderemos que el poder lo tienes tú y eres tú quien decide. Si no lo crees, tranquilo, descuida, no te preocupes, a ti nunca te va a pasar.

Leer más...